sábado, 23 de agosto de 2014

PRIMERAS CIVILIZACIONES: PODER DESPÓTICO Y SOCIEDADES HIDRÁULICAS

Despotismo Oriental y sociedades fluviales en la antigüedad

El descubrimiento del riego o agricultura de regadío hacia el año 5000 a. c. permitió un crecimiento de la producción y la creación de excedentes. Por ello las primeras civilizaciones, densamente pobladas, se instalaron cercanas a los ríos. La irrigación y distribución del agua exigía canales y obras hidráulicas que sólo una administración central como el Estado podía lograr, acopiando tributos y trabajo de la comunidad. 
Así por primera vez se produjo una diferenciación entre los que producían (campesinos y artesanos) y los que administraban el trabajo y la producción ajena (una casta privilegiada, sacerdotal o militar)
Para el historiador Karl Wittfogel, las sociedades hidráulicas eran aquellas civilizaciones que surgieron a partir de la agricultura del regadío de tipo hidráulico en entornos geográficos de aridez total, semiáridos y húmedos. ¿En que consisten? Según este autor, la necesidad de irrigar agua a los cultivos condujo al desarrollo del Estado, único capaz de organizar la construcción y mantenimiento de las obras hidráulicas. 
Este tipo de sociedades surgieron sobre todo en China, India, Mesopotamia y también en América (imperios incas, mayas y aztecas).
El Creciente Fértil: espacios geográficos aptos para la agricultura de regadío


Civilizaciones Fluviales: Mesopotamia y Egipto
Uno de los cuestionamientos más importantes sobre su hipótesis se ha fundamentado en que la práctica de la agricultura de regadío precedió al desarrollo del Estado como figura organizativa. Para John Steward, los conflictos por la tierra y los recursos en zonas densamente pobladas era lo que realmente explicaba la existencia de un poder centralizado en las zonas de agricultura fluvial. 
Este poder centralizado, conocido como "despotismo oriental" o despotismo tributario se encargaba de la construcción, organización y gestación de infraestructuras y trabajos agrícolas, especialmente ligados con la irrigación. Si bien revitalizó el potencial geográfico de los territorios donde había surgido, para mejorar el acceso a los cultivos a partir del riego hidráulico, gran parte de la población estaba sujeta a un sistema burocrático, casi servil, vinculado a una prestación laboral.
Gracias a esta dirección o guía altamente capacitada y competente y un aparato burocrático, se pudo movilizar la mano de obra para la realización de obras públicas de envergadura que aseguraran la supervivencia colectiva por un lado, y por el otro, la construcción de palacios, monumentos y tumbas que eran la exteriorización del poder de los déspotas.
Aún así existió cierto grado de autonomía dentro del cuerpo social a nivel familiar, comunal, gremial o religioso, ya que no representaba una amenaza política para el funcionamiento normal del despotismo agroburocrático.



El despotismo oriental se encontraba supeditado a tres condiciones:
  1. mantener en marcha la economía agraria (soporte esencial de todas las sociedades hidráulicas)
  2. no aumentar las prestaciones de trabajo y los impuestos hasta un punto tal que desanimara a los campesinos a seguir produciendo (los excedentes que tributaban al centro despótico)
  3. no permitir las luchas internas y externas que dividieran la vida de la población
La Mesopotamia: el país entre dos ríos 

La Mesopotamia se extiende entre los ríos Tigris y Éufrates. La historia de las ciudades instaladas en esta región se conoce a través de relatos biblicos y de las referencias proporcionadas por el historiador Heródoto. Recién en el siglo pasado se pudieron manejar fuentes históricas directas, ya que se pudo descifrar la escritura cuneiforme grabada en las tablillas de arcilla.
La región mesopotámica consta de dos regiones bien diferenciadas:
Por un lado, al sur del Tigris y Eúfrates, la Baja Mesopotamia, llanura cuyas tierras son fértiles gracias a las inundaciones que producen los ríos. En la antiguedad, esta zona fue habitada por varios pueblos. Los sumerios, cuando esta región tomo el nombre de Sumer, en la zona media se instalaron los acadios cuyo territorio se denominó Akkad. Posteriormente llegaron otros pueblos, como amorreos y caldeos.
Por otro lado, la Alta Mesopotamia, una zona montañosa con clima arido y poca vegetación, donde vivieron los Asirios.

Los Sumerios eran una civilización vinculada con la agricultura de irrigación. Construyeron una red de diques y canales para contener la inundación de ríos y canales para dirigir el agua hacia las zonas desérticas. Obtenían de su cultivo el trigo y la cebada, dátiles, etcétera.

                                      

La población estaba obligada a tributar a sus príncipes y lo hacían a través de los productos que obtenían de las cosechas o mediante la realización de servicios laborales. El Templo era el núcleo de las actividades económicas: era el centro de la administración de las tierras, el lugar de recepción de las caravanas comerciales y donde se reunían los artesanos. En él también se llevaban a cabo las ceremonias religiosas y la administración de justicia.
Posteriormente, los príncipes ligados a la guerra y la protección de los súbditos se desligaron de los templos y rigieron su propio palacio, que se transformó en centro de las funciones económicas y políticas.
Cómo la Mesopotamia carecía de materias primas básicas para la producción de determinados bienes como la madera, las piedras y los metales, desarrollaron el comercio -basado en el trueque- con algunas regiones: obtenían la madera de Fenicia, la piedra de Elam y los metales de Anatolia.
La sociedad mesopotámica estaba jerarquizada, ya que las distinciones se basaban en su poder, recursos económicas y actividades que realizaban dentro de la comunidad. Los grupos dirigentes englobaban al rey, los funcionarios -altamente capacitados en la escritura- al igual que los sacerdotes, y los jefes militares; los comerciantes y artesanos, que trabajaban para el palacio o el templo, y los campesinos que se dedicaban a la principal fuente de alimentos: la agricultura.


El Imperio Acadio y la Primera Dinastía Babilónica

En la zona media de Mesopotamia se habían instalado los pueblos semitas conocidos como acadios, en la ciudad de Agadé o Akkad. Si bien no habían entrado en conflicto con las ciudades sumerias, entró en conflicto con el rey de Uruk para posteriormente conquistar el resto de los poblados vecinos. La campaña de conquista la emprendió su rey Sargón que pronto centralizará el poder en su persona bajo el nombre de emperador gracias a la voluntad de los dioses (gobierno teocrático).

Bajo su reinado, las ciudades súmeras pudieron mantener cierto grado de autonomía, sobre todo en lo que respecta al mantenimiento de sus dioses y los asuntos internos. Hacia el 2050 se produjo un renacimiento súmero, donde cobró mayor importancia la ciudad de Ur que bajo una política imperial intentó restablecer el poder súmero en toda Mesopotamia.
Pero pronto sucumbieron ante una nueva ola de invasiones, en este caso de amorreos que se instalaron en Babilonia. Su gobernante más importante fue Hammurabi, que gobernó entre 1792 y 1750 a. c., cuya política fue la unificación de la región a través del uso obligatorio de la lengua acadia y la adoración del dios Marduk.
Sin embargo, su legado más importante fue la creación del primer código escrito de leyes punitivas de la historia, conocido como el Código de Hammurabi. Según el principio o Ley de Talión (ojo por ojo, diente por diente) cada victimario que había realizado una ofensa o acto malicioso debía pagarlo sufriendo el mismo daño provocado. Aún así, lo que deja en claro el código es por un lado, la existencia de una sociedad altamente jerarquizada, ya que se podían distinguir entre los infractores a hombres libres, esclavos y libertos con una gradación de penas diferentes entre sí. Por otro lado, la justicia comienza a ser administrada por el  mismo Estado.

2 comentarios:

  1. gracias, blogs como los de ustedes son un ooasis en el desierto de conocimineto nulo que abunda el el internet

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