La polis era una comunidad jurídicamente autónoma y soberana de carácter agrario, dotada de un lugar central que actúa como núcleo, político, social, administrativo y religioso. Sus origenes se encuentra en la ciudad de Esmirna, en el 850 a. C. y rápidamente se difunde por el Egeo.
Estaba formada por el asty (núcleo central amurallado dotado de cierto grado de urbanismo en el que se encuentra la plaza pública, el ágora y la acrópolis, los templos urbanos) y la chora (el territorio dependiente articulado administrativamente a través de santuarios periféricos).
La polis como centro de acumulación de poder y de excedente, debe su formación a la aristocracia, que desde sus inicios controlará de forma absoluta todos los mecanismos políticos, sociales, legales y religiosos de las ciudades- estado. Esta situación inicial y la progresiva saturación de los pobres territorios griegos fruto del crecimiento demográfico agudizarán las diferencias sociales generando un conflicto social casi endémico, la stasis -que justamente da lugar al nacimiento de las poleis. La ciudad, entonces, es efecto y causa de esta conflictividad interna, que afecta a los diferentes segmentos de una sociedad configurada como comunidad política. Las raíces de la stasis se hallan en los problemas de la tierra, que prontamente va a expulsar gente hacia el Egeo.
Algunos elementos socioculturales dan algo de coherencia a los pueblos helénicos: la lengua común, el oráculo de Delfos, los juegos olímpicos y con el tiempo, un enemigo común, los persas.