viernes, 29 de agosto de 2014

EL CÓDIGO DE HAMMURABI

La primera ley punitiva de la Historia 
Cómo dijimos anteriormente, el Código de Hammurabi aplicaba reglas para la vida en comunidad y en lo que respecta a las penas, estas se regían por el principio de la ley del Talión (que se resume en el principio del "ojo por ojo, diente por diente"). Cada victimario que había realizado una ofensa o acto maliciosos debía pagarlo sufriendo, de igual manera, el mismo daño. Las leyes aparecen representadas en escritura cuneiforme acadia en una estela de basalto, de casi 2,5 metros de altura. En la parte superior se puede observar al rey junto al dios Shamash o Marduk, quien parece entregarles las escrituras.
Si bien el código data del año 1692 a. c. (fecha que no coincide con el reinado de Hammurabi aunque se estima que fue el quien lo implementó), en algunas regiones del Cercano Oriente aún sigue rigiendo la vida en comunidad. El siguiente video hace mención al rito de la ordalía, una herencia del código que se mantiene todavía en vigencia.



La formulación del código permite detectar cómo estaba compuesta la sociedad, que era lo que se legislaba  durante esa época y bajo que condiciones se penaba a los victimarios en Mesopotamia.  
  1. El código no se redujo sólo a la aplicación de normativas para la sociedad con la finalidad de homogeneizarla bajo una misma legislación jurídica. De alguna manera, la codificación "por escrito" de leyes consuetudinarias -que regían desde ya hace siglos el destino de la población mesopotámica,- superaba la tradición oral de estas normas. 
  2. Es la primera vez que el Estado, en la figura de el rey Hammurabi, se colocaba como "administrador" de la justicia dentro de la sociedad. 
  3. La legislación permite observar una sociedad babilónica altamente jerarquizada, ya que se hablan de diferentes sectores sociales dentro de ella (hombres libres, mujeres, libertos y esclavos). Aún así, no podemos hablar de igualdad ante la ley, porque las penas a las que eran sometidos los infractores variaban según su condición social. 
  4. Finalmente, a través de esta legislación, Hammurabi imponía su dominio sobre los territorios conquistados a las otras ciudades mesopotámicas. Con la finalidad de infundir miedo y respeto, instaló en cada plaza pública las leyes punitivas, para que cada individuo supiera las penas que deberían afrontar ante cualquier infracción.
El código consta de 282 leyes o "artículos". Nombremos tan sólo algunas: 
  • Ley 129: Si una casada es sorprendida yaciendo con otro hombre, se los atará y se los arrojará al agua. Si el marido deja vivir a la esposa, el rey dejará vivir a su servidor.
  • Ley 147: Si la esclava no ha tenido hijos, la patrona la venderá por plata.
  • Ley 253: Si un hombre tomó a su servicio en locación a otro hombre para estar a su disposición y ocuparse de su campo, y le confió un arado, bueyes, lo comprometió a cultivar el campo. Si este hombre robó el grano y alimentos y si eso se encuentra en sus manos, se le cortarán las manos. 
  • Ley 282: Si el esclavo dice a su amo, "tu no eres mi amo", su amo lo hará condenar porque era esclavo suyo, y se le cortará la oreja. 
Leyes punitivas
Las leyes de Hammurabi significaron un adelanto en el tipo de coerción empleada en las civilizaciones antiguas. El poder punitivo recaía esta vez en manos del rey, ya que la codificación por escrito significaba un avance con respecto a la tradición oral. Hay que tener en cuenta que estas normas ya estaban rigiendo la vida comunitaria en Mesopotamia; la diferencia es que por generaciones se mantuvo en vigencia de forma oral, pues eran los sacerdotes quienes trasmitían y ejercían estos ritos o penalidades. Con Hammurabi esto cambia radicalmente.
Al respecto, el poder punitivo -según lo que establece el juez argentino Eugenio Zaffaroni en su libro "La cuestión criminal"- reemplaza a la víctima, la confisca. Es decir aparta al que realmente sufrió la lesión para arrogarse el derecho de decir que el "lesionado" es el Estado, en la figura del rey Hammurabi. 
Si una persona agrede a otra y le quiebra el hueso, el Estado juzga al agresor; lo "pena" alegando que lo hace para:
  • disuadir a otros de romper huesos u otros actos lesivos
  • para enseñarles a no hacerlo nuevamente
  • para poner de manifiesto quien "ejerce" el poder
Para explicar el código de Hammurabi, pensemos en un primer tipo de coerción, que pasó de ser una simple reparación -cuando se manifestaba oralmente- a ser punible con la llegada del rey, ya que este terminó institucionalizándolo. El hecho de arrogarse el derecho de juzgar y penar al infractor para reparar a la víctima implica la confiscación de su daño, pues quien aparece "dañado" es el mismo Estado.
La característica del poder punitivo es, entonces, la confiscación de la víctima: es un modelo que no resuelve el conflicto, porque una de las partes -el lesionado- está excluida de la decisión de que hacer con el victimario. El modelo punitivo no es un modelo de solución de conflictos sino de "decisión vertical de poder", porque sólo se ejerce en sociedades jerarquizadas, como la Mesopotámica o la romana si se quiere. Incluso, lo podemos observar en nuestra sociedad. 

Por ello, si pensamos en el Código Civil y Penal actual podemos retrotraer el tiempo y pensar cómo se legisló en sociedades primitivas. Allí encontraremos resabios de este código penal que terminan perviviendo en el presente. 

sábado, 23 de agosto de 2014

PRIMERAS CIVILIZACIONES: PODER DESPÓTICO Y SOCIEDADES HIDRÁULICAS

Despotismo Oriental y sociedades fluviales en la antigüedad

El descubrimiento del riego o agricultura de regadío hacia el año 5000 a. c. permitió un crecimiento de la producción y la creación de excedentes. Por ello las primeras civilizaciones, densamente pobladas, se instalaron cercanas a los ríos. La irrigación y distribución del agua exigía canales y obras hidráulicas que sólo una administración central como el Estado podía lograr, acopiando tributos y trabajo de la comunidad. 
Así por primera vez se produjo una diferenciación entre los que producían (campesinos y artesanos) y los que administraban el trabajo y la producción ajena (una casta privilegiada, sacerdotal o militar)
Para el historiador Karl Wittfogel, las sociedades hidráulicas eran aquellas civilizaciones que surgieron a partir de la agricultura del regadío de tipo hidráulico en entornos geográficos de aridez total, semiáridos y húmedos. ¿En que consisten? Según este autor, la necesidad de irrigar agua a los cultivos condujo al desarrollo del Estado, único capaz de organizar la construcción y mantenimiento de las obras hidráulicas. 
Este tipo de sociedades surgieron sobre todo en China, India, Mesopotamia y también en América (imperios incas, mayas y aztecas).
El Creciente Fértil: espacios geográficos aptos para la agricultura de regadío


Civilizaciones Fluviales: Mesopotamia y Egipto
Uno de los cuestionamientos más importantes sobre su hipótesis se ha fundamentado en que la práctica de la agricultura de regadío precedió al desarrollo del Estado como figura organizativa. Para John Steward, los conflictos por la tierra y los recursos en zonas densamente pobladas era lo que realmente explicaba la existencia de un poder centralizado en las zonas de agricultura fluvial. 
Este poder centralizado, conocido como "despotismo oriental" o despotismo tributario se encargaba de la construcción, organización y gestación de infraestructuras y trabajos agrícolas, especialmente ligados con la irrigación. Si bien revitalizó el potencial geográfico de los territorios donde había surgido, para mejorar el acceso a los cultivos a partir del riego hidráulico, gran parte de la población estaba sujeta a un sistema burocrático, casi servil, vinculado a una prestación laboral.
Gracias a esta dirección o guía altamente capacitada y competente y un aparato burocrático, se pudo movilizar la mano de obra para la realización de obras públicas de envergadura que aseguraran la supervivencia colectiva por un lado, y por el otro, la construcción de palacios, monumentos y tumbas que eran la exteriorización del poder de los déspotas.
Aún así existió cierto grado de autonomía dentro del cuerpo social a nivel familiar, comunal, gremial o religioso, ya que no representaba una amenaza política para el funcionamiento normal del despotismo agroburocrático.



El despotismo oriental se encontraba supeditado a tres condiciones:
  1. mantener en marcha la economía agraria (soporte esencial de todas las sociedades hidráulicas)
  2. no aumentar las prestaciones de trabajo y los impuestos hasta un punto tal que desanimara a los campesinos a seguir produciendo (los excedentes que tributaban al centro despótico)
  3. no permitir las luchas internas y externas que dividieran la vida de la población
La Mesopotamia: el país entre dos ríos 

La Mesopotamia se extiende entre los ríos Tigris y Éufrates. La historia de las ciudades instaladas en esta región se conoce a través de relatos biblicos y de las referencias proporcionadas por el historiador Heródoto. Recién en el siglo pasado se pudieron manejar fuentes históricas directas, ya que se pudo descifrar la escritura cuneiforme grabada en las tablillas de arcilla.
La región mesopotámica consta de dos regiones bien diferenciadas:
Por un lado, al sur del Tigris y Eúfrates, la Baja Mesopotamia, llanura cuyas tierras son fértiles gracias a las inundaciones que producen los ríos. En la antiguedad, esta zona fue habitada por varios pueblos. Los sumerios, cuando esta región tomo el nombre de Sumer, en la zona media se instalaron los acadios cuyo territorio se denominó Akkad. Posteriormente llegaron otros pueblos, como amorreos y caldeos.
Por otro lado, la Alta Mesopotamia, una zona montañosa con clima arido y poca vegetación, donde vivieron los Asirios.

Los Sumerios eran una civilización vinculada con la agricultura de irrigación. Construyeron una red de diques y canales para contener la inundación de ríos y canales para dirigir el agua hacia las zonas desérticas. Obtenían de su cultivo el trigo y la cebada, dátiles, etcétera.

                                      

La población estaba obligada a tributar a sus príncipes y lo hacían a través de los productos que obtenían de las cosechas o mediante la realización de servicios laborales. El Templo era el núcleo de las actividades económicas: era el centro de la administración de las tierras, el lugar de recepción de las caravanas comerciales y donde se reunían los artesanos. En él también se llevaban a cabo las ceremonias religiosas y la administración de justicia.
Posteriormente, los príncipes ligados a la guerra y la protección de los súbditos se desligaron de los templos y rigieron su propio palacio, que se transformó en centro de las funciones económicas y políticas.
Cómo la Mesopotamia carecía de materias primas básicas para la producción de determinados bienes como la madera, las piedras y los metales, desarrollaron el comercio -basado en el trueque- con algunas regiones: obtenían la madera de Fenicia, la piedra de Elam y los metales de Anatolia.
La sociedad mesopotámica estaba jerarquizada, ya que las distinciones se basaban en su poder, recursos económicas y actividades que realizaban dentro de la comunidad. Los grupos dirigentes englobaban al rey, los funcionarios -altamente capacitados en la escritura- al igual que los sacerdotes, y los jefes militares; los comerciantes y artesanos, que trabajaban para el palacio o el templo, y los campesinos que se dedicaban a la principal fuente de alimentos: la agricultura.


El Imperio Acadio y la Primera Dinastía Babilónica

En la zona media de Mesopotamia se habían instalado los pueblos semitas conocidos como acadios, en la ciudad de Agadé o Akkad. Si bien no habían entrado en conflicto con las ciudades sumerias, entró en conflicto con el rey de Uruk para posteriormente conquistar el resto de los poblados vecinos. La campaña de conquista la emprendió su rey Sargón que pronto centralizará el poder en su persona bajo el nombre de emperador gracias a la voluntad de los dioses (gobierno teocrático).

Bajo su reinado, las ciudades súmeras pudieron mantener cierto grado de autonomía, sobre todo en lo que respecta al mantenimiento de sus dioses y los asuntos internos. Hacia el 2050 se produjo un renacimiento súmero, donde cobró mayor importancia la ciudad de Ur que bajo una política imperial intentó restablecer el poder súmero en toda Mesopotamia.
Pero pronto sucumbieron ante una nueva ola de invasiones, en este caso de amorreos que se instalaron en Babilonia. Su gobernante más importante fue Hammurabi, que gobernó entre 1792 y 1750 a. c., cuya política fue la unificación de la región a través del uso obligatorio de la lengua acadia y la adoración del dios Marduk.
Sin embargo, su legado más importante fue la creación del primer código escrito de leyes punitivas de la historia, conocido como el Código de Hammurabi. Según el principio o Ley de Talión (ojo por ojo, diente por diente) cada victimario que había realizado una ofensa o acto malicioso debía pagarlo sufriendo el mismo daño provocado. Aún así, lo que deja en claro el código es por un lado, la existencia de una sociedad altamente jerarquizada, ya que se podían distinguir entre los infractores a hombres libres, esclavos y libertos con una gradación de penas diferentes entre sí. Por otro lado, la justicia comienza a ser administrada por el  mismo Estado.